La declaración incluía la creación de una «Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza», propuesta por el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Este proyecto, respaldado por 82 países, busca abordar de manera urgente las crecientes crisis alimentaria y de pobreza que afectan a millones de personas en todo el mundo.
Falta de avances en el tema climático
Uno de los temas que más expectativas generaba era el cambio climático. Los líderes del G20 se reunieron con la esperanza de que la cumbre pudiera ayudar a destrabar las negociaciones sobre financiamiento climático, especialmente en el marco de la COP29 en Bakú, Azerbaiyán.
Sin embargo, la declaración final del G20 se limitó a consensos básicos y evitó definiciones claras.
El documento no abordó si los países desarrollados deben ser los únicos responsables de financiar la adaptación de las naciones más vulnerables al calentamiento global o si los grandes países emergentes también deben contribuir.
Además, no se mencionó el compromiso de los países miembros de avanzar progresivamente hacia la eliminación de las energías fósiles, ni se establecen nuevos objetivos climáticos específicos para los miembros del G20.
Posición ambigua en las guerras de Ucrania y Gaza
En el apartado de conflictos bélicos, la declaración final evitó nombrar a Rusia directamente, a pesar de que se hizo mención a la guerra en Ucrania.
El G20 se limitó a llamar a una «paz amplia, justa y duradera», similar a la declaración de la cumbre anterior, apelando a iniciativas «relevantes y constructivas».
A pesar de las tensiones, no se ofreció una condena directa a Rusia por su invasión a Ucrania, aunque sí se hizo referencia a los ataques a infraestructuras, un hecho relacionado con los recientes bombardeos rusos sobre instalaciones energéticas ucranianas. Respecto al conflicto entre Israel y Hamás, el G20 expresó su «profunda preocupación» por la situación «catastrófica» en Gaza y la escalada en Líbano.
La declaración instó a eliminar las barreras para la ayuda humanitaria en la región, pero no hubo una condena directa a Israel, ni se mencionó la situación de los rehenes israelíes secuestrados durante el ataque de Hamás en octubre del año de 2023.
Otro de los temas abordados en la cumbre fue la necesidad de garantizar que los superricos sean efectivamente sometidos a impuestos.
El gobierno de Brasil logró incluir en la declaración un compromiso de cooperación internacional para asegurar que los individuos con patrimonio neto ultraalto sean tasados adecuadamente, aunque «con total respeto a la soberanía tributaria».
A pesar de que el presidente Lula había impulsado la idea de un impuesto global a los superricos, la declaración no hizo referencia a medidas concretas en ese sentido, y se limitó a hablar de la cooperación para intercambiar buenas prácticas fiscales y establecer principios tributarios comunes.