En una rueda de prensa reciente, Alfonso Martínez Muñoz, Secretario de Medio Ambiente en el Estado, alertó a la población sobre la llegada anual de polvo del Sahara, un fenómeno meteorológico que afecta significativamente la calidad del aire en Monterrey y su zona metropolitana.
El polvo del Sahara consiste en una masa de aire muy seca cargada de arena del desierto, cuya mayor presencia se registra entre junio y agosto. Este fenómeno, que cruza el Atlántico desde África, ha provocado en años anteriores la activación de alertas ambientales debido a su impacto en la contaminación atmosférica.
“En esta época del año, a finales de mayo, empieza a llegar polvo de África que cruza todo el Atlántico”, explicó el funcionario.
Además, advirtió que en años pasados se han registrado días con alta contaminación atmosférica provocada por este polvo, que sin duda estará presente en el área metropolitana de Monterrey a finales de mayo y en los meses siguientes.
Una de las principales características del polvo del Sahara es que el día se torna grisáceo, los atardeceres adquieren tonalidades rojizas y la nubosidad es escasa. Cada 3 a 5 días, una nueva masa de polvo puede llegar a la región, intensificando los efectos en la calidad del aire.
Se prevé que la mala calidad del aire, ya afectada en la ciudad, se vea aún más deteriorada con la llegada de este polvo, que contiene elementos como aluminio, silicio y hierro. El hierro, en particular, tiene la capacidad de adherirse a imanes, lo que puede ser detectado acercando un imán al polvo.
“El hierro tiene esa capacidad de adherirse a los imanes. Si uno acerca un imán al polvo que llega al área metropolitana, se va a adherir precisamente por la presencia de hierro”, explicó Martínez Muñoz.
Curiosamente, estos elementos también están presentes en el cuerpo humano, siendo parte de la hemoglobina que transporta oxígeno en la sangre.
Este fenómeno no solo afecta la calidad del aire, sino que también influye en la formación de ciclones y en la probabilidad de precipitaciones, alterando el clima local. La cantidad de polvo que ingresa a México depende de la intensidad del viento y la concentración de partículas sobre África, por lo que su llegada varía según las condiciones atmosféricas.
Se recomienda a la población tomar precauciones, como evitar actividades al aire libre en días con alta presencia de polvo y mantener limpios los espacios cerrados para reducir la exposición a partículas nocivas.
