Mientras la Cámara de Diputados discute y vota sobre la prohibición, jóvenes y adultos buscaban los últimos entre los pocos locales
Mientras la Cámara de Diputados debatía la prohibición de los vapeadores en México, en el corazón de la Ciudad de México se vivió una intensa jornada de compras. Jóvenes y adultos recorrían frenéticamente los últimos establecimientos de la calle José María Izazaga, buscando abastecerse antes de que la reforma impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador entre en vigor.
El Mercado en Tensión: Ventas con Precaución
En dos de los locales más concurridos de la zona, la venta de vapeadores se aceleró bajo estrictas medidas de vigilancia. Los vendedores, con actitud reservada, establecieron reglas claras: “Solo entra uno por familia”. Dentro del establecimiento, la escena era peculiar. Los consumidores llenaban canastas con diferentes modelos y sabores, mientras el personal permanecía atento, vigilando la entrada y cuidando que todo se desarrollara sin incidentes.
Los precios varían considerablemente, desde $25 por piezas básicas hasta $400 por dispositivos “especiales” o “ilimitados”. Las marcas más populares, como Lost Mary, Elf Bar y Teddy Vape, volaron de las repisas.
La propuesta de prohibir los dispositivos electrónicos para fumar no es nueva. Fue enviada al Congreso como parte de un paquete de reformas del expresidente López Obrador. Aunque ya había sido aprobada en la Comisión de Puntos Constitucionales, varios legisladores manifestaron que la prohibición podría fomentar el mercado negro.
A pesar de las diferencias, la reforma fue avalada por la Cámara de Diputados y ahora será enviada al Senado para su discusión final.
En las tiendas, los vendedores trabajan con cautela. Afuera, letreros luminosos que buscan personal indican que estos locales están en una etapa incierta. Los compradores, por su parte, muestran urgencia, llenando sus cestas con sabores exóticos como fresa-mango, kiwi y arándano, conscientes de que podrían estar adquiriendo sus últimos dispositivos.
Mientras tanto, la pregunta sigue en el aire: ¿es la prohibición la solución definitiva o solo el inicio de un mercado clandestino más robusto?
Con el Senado como siguiente paso, el futuro de los vapeadores en México parece incierto, pero una cosa es clara: el impacto de esta reforma se sentirá tanto en los consumidores como en los vendedores.