El presidente Joe Biden visitó Florida para inspeccionar los daños.
Los residentes del complejo residencial Bahia Vista Gulf, en Florida, se enfrentan nuevamente a la devastación tras el huracán Milton, apenas semanas después de haber concluido los trabajos de limpieza por los daños que provocó el huracán Helene.
Las viviendas frente al mar, que ya habían sido tratadas y secadas, vuelven a estar cubiertas de escombros y arena, lo que ha obligado a los habitantes a comenzar de nuevo el arduo proceso de recuperación.
Bill O’Connell, miembro de la junta del complejo en Venice, al sur de Tampa, lamentó que el huracán Milton deshiciera todo el esfuerzo previo. “Tienen que empezar todo el proceso de nuevo, limpiar, sanear, traer equipamiento para secar”, expresó O’Connell.
A pesar de que muchos residentes de Florida están acostumbrados al ciclo anual de tormentas, el impacto de dos huracanes consecutivos ha dejado a las comunidades en una situación particularmente difícil.
O’Connell reflexionó sobre el costo de vivir en un estado como Florida, conocido por su clima cálido y sus hermosas playas, pero también por su vulnerabilidad a los huracanes. “Es el precio por vivir en el paraíso”, añadió.
El alcance total de los daños aún se desconoce, ya que muchas zonas del estado siguen recuperándose del impacto de Helene cuando Milton las golpeó.
Mientras algunos residentes evacuaban, otros regresaban a sus hogares, solo para enfrentarse nuevamente a la destrucción.
Además, la escasez de combustible complicó la situación, con largas filas en las gasolinas.
El presidente Joe Biden visitó la Base de la Fuerza Aérea MacDill en Tampa el domingo para evaluar los daños.
Planeaba sobrevolar la zona afectada desde Tampa hasta St. Petersburg para inspeccionar la devastación que dejó Milton, que se cobró al menos 10 vidas al tocar tierra como tormenta de categoría 3. Las autoridades advirtieron que la cifra de víctimas podría haber sido mayor si no se Se hubieran realizado evacuaciones masivas.
Catherine Praugh, residente de la pequeña localidad pesquera de Cortez, describió el “puro pánico” que ella y su esposo sintieron cuando Milton amenazó con deshacer el trabajo de limpieza que apenas habían iniciado tras Helene.
Aunque su hogar no sufrió daños en la segunda tormenta, la comunidad no corrió con la misma suerte, y muchos vecinos siguen enfrentando grandes pérdidas.
En Steinhatchee, al oeste de Gainesville, los residentes también enfrentan una ardua labor de limpieza, tras la segunda tormenta en menos de un mes.
Melissa Harden, una de los residentes afectados, relató que su casa, construida sobre postes, fue inundada con más de un metro de agua. “No queremos más tormentas”, comentó mientras amigos y familiares la ayudaban a retirar los restos de su hogar.
El impacto económico de las tormentas también es considerable. Según Moody’s Analytics, los daños causados por Milton se estiman entre 50,000 y 85,000 millones de dólares, con alrededor de 70 mil millones de dólares en pérdidas de propiedad y una disminución de la producción económica de hasta 15 mmdd.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció la apertura de tres centros de distribución de combustible para atender la escasez que afecta a los residentes, con la promesa de ampliar la red de suministros conforme se restaure la electricidad y se reabra el puerto de Tampa.
En tanto, más de 930,000 hogares seguían sin servicio eléctrico el domingo por la mañana.
Los meteorólogos advirtieron sobre el riesgo de inundaciones adicionales, ya que los ríos de la región seguirán subiendo en los próximos días.
Aunque no se esperan lluvias intensas a corto plazo, el impacto acumulado de un verano particularmente húmedo y dos huracanes ha dejado a muchas comunidades al límite.