La declaración de emergencia del mandatario fue la primera en el país asiático desde hace cuarenta años
El panorama político de Corea del Sur atraviesa momentos de gran tensión. Este jueves, los partidos de oposición presentaron una moción para destituir al presidente Yoon Suk Yeol, tras su polémica declaración de ley marcial el pasado martes. Este acontecimiento, calificado como una grave violación constitucional por sus detractores, ha generado conmoción en el país asiático y más allá de sus fronteras.
Ley marcial bajo controversia
La decisión del presidente Yoon de instaurar la ley marcial se basó en la presunta intervención de fuerzas norcoreanas, según su declaración oficial. Sin embargo, los partidos de oposición, encabezados por el Partido Democrático, cuestionaron la legitimidad de la medida, calificándola como un intento desesperado para evitar investigaciones legales que involucran al mandatario y su familia.
“Fue un acto ilegal e inconstitucional para eludir investigaciones inminentes”, señalaron los representantes opositores.
La declaración de ley marcial, que tuvo implicaciones inmediatas en la estabilidad política y económica del país, también provocó la renuncia del ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, quien dimitió poco después de la polémica decisión.
Los legisladores de oposición buscan consolidar el apoyo necesario para que la moción prospere en el Parlamento. Para lograrlo, el Partido Democrático, junto a otras fuerzas opositoras, necesitarán al menos ocho votos adicionales de los legisladores no alineados con el oficialismo.
Sin embargo, el gobernante Partido del Poder Popular ha expresado su firme oposición a la medida, lo que promete una ardua batalla política en los próximos días.
El conflicto no solo ha generado una profunda crisis interna, sino que también ha captado la atención de la comunidad internacional. Estados Unidos, principal aliado de Corea del Sur, expresó su preocupación por los recientes acontecimientos y celebró el levantamiento de la ley marcial. Es importante destacar que Washington mantiene cerca de 30,000 soldados en suelo surcoreano, un despliegue estratégico en caso de tensiones con Corea del Norte.
La destitución de un presidente es un proceso complejo y poco común en Corea del Sur, pero no sin precedentes. Este episodio marca un momento crucial en la política surcoreana, donde la estabilidad democrática del país se encuentra en juego.
El desenlace de la votación de este viernes definirá el curso de los acontecimientos, mientras el país y el mundo observan atentos.