
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este domingo que no tiene intenciones de retirar los aranceles impuestos a las importaciones provenientes de diversos países, a menos que estos corrijan sus desequilibrios comerciales con la nación norteamericana.
A pesar de la inestabilidad generada por estas medidas en los mercados internacionales, el mandatario calificó su estrategia como una “medicina necesaria”. Desde el avión presidencial, Trump indicó que más de 50 países ya se han comunicado con su administración para iniciar conversaciones bilaterales. “No vamos a tener déficits con su país”, declaró, enfatizando su compromiso con transformar los acuerdos comerciales en favor de Estados Unidos.
En una publicación en redes sociales, Trump insistió: “Ganaremos. Resistan, no será fácil”.
Reacciones internacionales: diálogo, represalias y desacuerdos
China respondió con rapidez mediante represalias comerciales, mientras que otros aliados, como Israel y Vietnam, optaron por establecer canales de diálogo con Washington. En Europa, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, manifestó su desacuerdo con la política arancelaria estadounidense, pero afirmó que protegerá a los sectores económicos italianos que resulten afectados.
El gobierno israelí también abordará el tema esta semana durante la visita del primer ministro Benjamin Netanyahu a la Casa Blanca, en un intento por discutir el impacto de las nuevas medidas.
El Congreso estadounidense debate el alcance del poder presidencial
En el ámbito legislativo, la ofensiva arancelaria ha provocado divisiones. Algunos senadores republicanos impulsan una propuesta para que la imposición de nuevos aranceles requiera la aprobación previa del Congreso. “Creo que, en retrospectiva, fue un error ceder ese poder al Ejecutivo”, afirmó el representante Don Bacon.
No obstante, otros legisladores como John Barrasso respaldaron el derecho del presidente a actuar en defensa de los intereses económicos del país, aunque reconocieron su preocupación por la reacción de los mercados.
Incluso dentro del entorno cercano a Trump se han manifestado opiniones críticas, reflejando tensiones internas sobre el rumbo económico que está tomando su administración.