
El multimillonario Elon Musk reconoció que Tesla, una de sus principales empresas, no saldrá indemne de la política arancelaria impuesta por el gobierno de Donald Trump, de quien también es asesor.
“Es importante señalar que Tesla no ha salido indemne de este problema. El impacto de los aranceles sobre Tesla sigue siendo significativo”, declaró Musk en un mensaje publicado en X, la red social de su propiedad.
El empresario advirtió que la nueva medida tendrá un impacto directo en el costo de las piezas de los vehículos Tesla importadas de otros países, lo que afectará el precio final de los automóviles. “El impacto en el coste no es trivial”, subrayó.
Trump impone nuevos aranceles del 25% a las importaciones de automóviles
El mensaje de Musk surge luego de que Trump anunciara la aplicación de un arancel del 25% a todos los automóviles importados a Estados Unidos a partir del 2 de abril. Esta medida, parte de la intensificación de la guerra comercial impulsada por su administración, podría tener repercusiones negativas para Tesla si otros países deciden aplicar tarifas similares a los productos estadounidenses.
La Asociación de Fabricantes de Automóviles de Estados Unidos expresó su preocupación y solicitó que los aranceles se apliquen de manera que no generen un aumento en los precios para los consumidores ni afecten la competitividad de la industria automotriz nacional.
El Centro de Investigación del Automóvil había advertido previamente que las tarifas impuestas por Trump podrían elevar el costo de los vehículos en varios miles de dólares y perjudicar el mercado laboral.
BYD supera a Tesla en ventas de autos eléctricos
En medio de estas tensiones comerciales, Tesla enfrenta otro desafío: la pérdida de su liderazgo en la venta de autos eléctricos puros a nivel mundial. La compañía china BYD la superó en el último trimestre del año pasado.
Si bien Tesla mantuvo su dominio hasta 2023, BYD ya la había superado como el mayor fabricante de automóviles eléctricos en 2022, aunque en aquel momento la medición incluía híbridos enchufables, un segmento en el que la compañía de Musk no compite.
La situación plantea un escenario desafiante para Tesla, que deberá afrontar tanto la presión de sus competidores como los efectos de las políticas arancelarias impuestas por el gobierno estadounidense.