
Monterrey, NL.- En vísperas de la mágica noche de Navidad, Monterrey despierta al ritmo de una de sus tradiciones más arraigadas: la tamaliza
Este 24 de diciembre, desde las primeras horas de la madrugada, cientos de regiomontanos se dieron cita en los molinos tradicionales para adquirir la masa de nixtamal, ingrediente esencial de esta festividad.
En el emblemático Molino Don Javier, ubicado en el cruce de las calles 2 de Abril y Colima, en la colonia Independencia, el movimiento comenzó incluso antes del amanecer. A las 6:00 horas, la fila de clientes ya se extendía por la banqueta, con cerca de 60 personas esperando su turno para garantizar la frescura y calidad de la masa.
Una tradición que une generaciones
Entre los asistentes predominaban amas de casa con bolsas repletas de masa, padres de familia que aprovecharon el tiempo libre y jóvenes dispuestos a colaborar en la preparación.
“Es importante venir temprano, porque si no, las filas se vuelven eternas”, comentó la señora Tere, quien lleva más de 20 años preparando tamales para su familia en estas fechas.
A pesar de los retos económicos, como el aumento de precios en productos básicos, el kilo de masa se mantiene en 24 pesos, el mismo precio del año pasado. Esta estabilidad fue agradecida por los clientes, quienes señalaron que esto les permite mantener viva la tradición sin afectar demasiado su presupuesto.
Más que un platillo, un ritual familiar
La tamaliza navideña no solo significa compartir un platillo típico del norte de México, sino también preservar un ritual familiar que une a generaciones en la preparación y disfrute de la cena de Nochebuena.
Este año, los regiomontanos volvieron a demostrar que, con organización y mucho amor, las tradiciones siguen siendo el corazón de la Navidad en Monterrey.
Con la masa lista y las recetas familiares en marcha, Monterrey se prepara para una noche llena de unión, sabores y memorias inolvidables.