
Una organización siria de verificación de hechos llamada Verify-Sy, cuestionó la veracidad de la historia.
El pasado 12 de diciembre, un impactante reportaje de CNN sobre una prisión secreta en Damasco, Siria, conmovió al mundo. Sin embargo, la historia, que inicialmente parecía un hallazgo periodístico extraordinario, ahora enfrenta serias dudas sobre su autenticidad.
El hallazgo de un prisionero en Damasco
La corresponsal internacional de CNN, Clarissa Ward, junto con su equipo, visitó el 11 de diciembre un antiguo cuartel de inteligencia de la fuerza aérea siria, ahora bajo el control de combatientes rebeldes. Durante la inspección del lugar, encontraron a un hombre bajo una manta en una celda cerrada.
El hombre se identificó como Adel Gharbal, un civil originario de Homs, quien afirmó haber pasado tres meses detenido en ese lugar. Según su testimonio, había sido arrestado tras una revisión de su teléfono y desconocía el colapso del régimen de Bashar al-Assad. Dijo no haber comido ni bebido en cuatro días.
Gharbal fue liberado por los rebeldes, alimentado y trasladado por paramédicos, según el informe de CNN. La historia se viralizó en redes sociales, pero pronto surgieron interrogantes sobre su autenticidad.
Dudas sobre la historia y el prisionero
La organización siria de verificación de hechos Verify-Sy, miembro de la Red Internacional de Verificación de Hechos de Poynter, cuestionó varios aspectos del informe:
- Apariencia física: Gharbal lucía en buen estado físico, sin signos de tortura ni efectos visibles de aislamiento prolongado, contrastando con la apariencia típica de otros prisioneros liberados del régimen de Assad.
- Reacción a la luz del día: A pesar de afirmar que estuvo en la oscuridad durante meses, Gharbal no mostró sensibilidad a la luz al salir al exterior.
- Identidad del hombre: Según Verify-Sy, Gharbal sería en realidad Salama Mohammad Salama, alias “Abu Hamza”, un primer teniente de la Inteligencia de la Fuerza Aérea Siria, vinculado a abusos y extorsiones contra civiles.
Verify-Sy informó que Salama ha sido acusado de cometer torturas y asesinatos en 2014, así como de extorsionar a civiles en Homs. Su detención actual estaría relacionada con una disputa interna por fondos extorsionados. Testimonios de antiguos detenidos y familiares de víctimas corroboraron estas acusaciones.
CNN defendió la integridad de su reportaje, afirmando que representó fielmente los hechos observados durante la visita a la prisión. No obstante, reconoció la posibilidad de que el hombre haya proporcionado una identidad falsa. Un portavoz de la cadena señaló que el medio está investigando más a fondo los antecedentes del prisionero.
La controversia en torno a esta historia pone en evidencia los desafíos de la cobertura periodística en contextos de guerra, donde las narrativas pueden estar influenciadas por intereses y desinformación. El caso de este supuesto prisionero abre un debate sobre la importancia de la verificación en la información que se comparte a nivel internacional.