La venta de pirotecnia ilegal ha tomado las calles del centro de Monterrey en plena temporada decembrina. A lo largo de avenidas como Juárez y calles como Colegio Civil y 5 de Mayo, al menos diez vendedores informales ofrecen cohetes y artefactos explosivos, desde “cebollitas” hasta “palomas” de gran tamaño, sin ningún tipo de precaución y en medio de la gran afluencia de compradores.
Pese a la presencia de rondines de las autoridades para garantizar la seguridad de los paseantes, los comerciantes continúan operando libremente. Los productos se venden en paquetes cuyo costo varía entre 100 y 300 pesos, y en muchos casos, los puestos están peligrosamente cercanos a vendedores de comida que utilizan fuego para cocinar.
El riesgo de accidentes es elevado, ya que además de la falta de medidas de seguridad, muchos transeúntes fuman mientras caminan por estas zonas abarrotadas, lo que incrementa la posibilidad de una situación caótica.
La pirotecnia, buscada tradicionalmente por las familias regiomontanas para amenizar las fiestas decembrinas, representa un peligro latente cuando no se comercializa de forma regulada. Las autoridades locales aún enfrentan el desafío de controlar esta práctica, especialmente en uno de los momentos más concurridos del año en el primer cuadro de la ciudad.