En la semana, Tom Homan, próximo zar fronterizo, declaró que la promesa de deportaciones masivas comenzará en Chicago
El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, reafirmó su compromiso con la protección de los derechos de los residentes de su ciudad ante las propuestas migratorias del próximo mandatario de Estados Unidos, Donald Trump. En una entrevista con CNN, Johnson criticó la intención de la administración entrante de utilizar a las fuerzas policiales locales como agentes migratorios y aseguró que en las ciudades santuario como Chicago, esa práctica no será permitida.
Durante la entrevista con el periodista Victor Blackwell, Johnson reiteró que Chicago continuará siendo un lugar donde las comunidades inmigrantes puedan sentirse seguras, incluso frente a las políticas migratorias que busca implementar Trump.
“Lo que ha pedido la administración Trump es que los departamentos de policía locales de todo el país se comporten como agentes del ICE. En las ciudades santuario, eso no está permitido”, declaró el alcalde.
Johnson también fue enfático al señalar que los delincuentes violentos, independientemente de su estatus migratorio, serán procesados conforme a la ley. Sin embargo, recalcó que su administración no permitirá que las políticas de inmigración federal interfieran en el funcionamiento de las comunidades locales.
El alcalde acusó al equipo de Trump de avivar el miedo entre los inmigrantes y cuestionó la sensibilidad democrática de las medidas propuestas.
“Cualquier administración que intente alterar la sensibilidad de los lugares públicos lo considera… una amenaza a nuestra democracia”, indicó Johnson.
Estas declaraciones surgen en respuesta al anuncio de Tom Homan, próximo zar fronterizo, quien aseguró que las deportaciones masivas comenzarán en Chicago tan pronto como Trump asuma el cargo.
Entre los temas más controvertidos está la colaboración entre las fuerzas locales y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Johnson fue claro en que no permitirá que el ICE interfiera en espacios como escuelas o lugares de trabajo.
“Nadie va a albergar ni proteger a los criminales, ya sea que hayas venido aquí como inmigrante, indocumentado o de otra manera”, puntualizó el alcalde.
La postura de Chicago refleja un desafío directo a las políticas de Trump, que prometen endurecer las leyes migratorias a través de deportaciones masivas y una mayor colaboración entre ICE y las autoridades locales. La disputa subraya la tensión entre las ciudades santuario y el gobierno federal, marcando un nuevo capítulo en el debate sobre inmigración en Estados Unidos.