
Rusia lanzó este domingo su mayor ofensiva aérea contra Ucrania desde que comenzó la guerra en 2022. Una oleada de más de 800 drones y 13 misiles impactó en distintas regiones, dejando al menos cinco muertos y decenas de heridos. El ataque incluyó un incendio en la sede del Gobierno en Kiev, donde se reúne el Consejo de Ministros.
Se trata del primer ataque directo a ese complejo en tres años y medio de conflicto. La primera ministra ucraniana, Yulia Sviridenko, confirmó daños en el techo y pisos superiores del edificio, aunque recalcó que “las vidas perdidas no podrán recuperarse”.
Los servicios de emergencia combatieron las llamas mientras helicópteros descargaban agua sobre el inmueble. La policía acordonó la zona ante el temor de nuevos impactos. Entre las víctimas en la capital se encuentra una madre y su bebé de dos meses, fallecidos en un edificio residencial.
El presidente Volodímir Zelensky denunció que Rusia busca prolongar la guerra y calificó el ataque como un “crimen deliberado”. Además, informó que habló con Emmanuel Macron, quien reiteró el respaldo de Francia para reforzar la defensa ucraniana. Otros líderes europeos, como Ursula von der Leyen y el británico Keir Starmer, también condenaron los ataques.
Según la fuerza aérea ucraniana, el bombardeo dañó varios edificios altos en Kiev y provocó muertes en otras regiones como Zaporiyia, Sumi y Dnipropetrovsk. Las autoridades estiman que el ejército ruso controla cerca del 20% del territorio ucraniano, en el conflicto más sangriento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.