
Con apenas 18 años, Montserrat Saldívar se ha convertido en una de las grandes figuras del América Femenil y en una promesa del fútbol mexicano. La jugadora asegura que lo hace por amor al deporte y en memoria de su padre y abuelo, quienes la inspiraron desde pequeña.
Debutó a los 14 años y desde entonces ha mostrado su talento en la cancha. Aunque enfrentó la dura pérdida de sus dos pilares familiares en la adolescencia, ha transformado ese dolor en motivación para seguir creciendo como futbolista y persona.
Hoy busca consolidarse en el América bajo el mando de Ángel Villacampa y continuar su camino con la Selección Mexicana Sub-20, con la meta de llegar al representativo mayor. Cada logro, asegura, lo dedica a su familia, especialmente a su padre “que la acompaña desde el cielo” y a su madre por los sacrificios que la han llevado hasta este momento.