
La justicia argentina investiga si 87 muertes en hospitales de distintas provincias fueron provocadas por fentanilo contaminado con bacterias Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii.
El caso se originó tras una denuncia de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) en mayo, luego de que un hospital detectara microorganismos peligrosos en el opioide.
Los decesos ocurrieron en centros médicos de la provincia y ciudad de Buenos Aires, así como en Santa Fe, Formosa y Córdoba.
El juez de la causa, Ernesto Kreplak, confirmó la magnitud del caso y precisó que no hay detenidos, aunque sí 24 personas bajo investigación, con bienes embargados. Entre ellos figura Ariel Furfaro García, dueño de las empresas HLB Pharma y Laboratorios Ramallo, presuntas responsables de producir y vender el fentanilo contaminado.
Furfaro García negó las acusaciones y afirmó que “esto fue mediáticamente armado”, responsabilizando a un exsocio de instalar el tema en la prensa. Según el diario La Nación, al menos cinco lotes contaminados fueron distribuidos en ocho hospitales, aunque se revisan historias clínicas en más de 200 instituciones.
El Hospital Italiano de La Plata, donde inició la pesquisa, fue escenario de protestas recientes de familiares que exigen “justicia para las víctimas del fentanilo”. Alejandro Ayala, hermano de una de las víctimas, aseguró que el fármaco “le provocó la muerte en días” a su hermano Leonel, de 32 años.
Expertos advierten que el número de muertes podría aumentar a medida que se revisen expedientes médicos y se confirmen nuevos casos. Mientras tanto, el Congreso argentino solicitó al Poder Ejecutivo un informe con 26 preguntas sobre el caso, sin plazo para su respuesta.