
El secretario general de la ONU, António Guterres, lanzó una dura crítica a la comunidad internacional por su pasividad frente a la hambruna que sufre la población de Gaza.
Durante su participación en la asamblea de Amnistía Internacional, Guterres advirtió que la situación en el enclave palestino “no es solo una crisis humanitaria, es una crisis moral que desafía la conciencia mundial”.
“Los niños dicen que quieren ir al paraíso, porque al menos allí hay comida”, relató el secretario, al compartir testimonios de trabajadores humanitarios que han perdido la esperanza. Muchos de ellos, dijo, están tan agotados y desnutridos que ya no sienten si están vivos o muertos.
Desde el inicio del conflicto en octubre de 2023, más de mil palestinos han muerto al intentar conseguir alimentos, según denunció Guterres. Esta cifra se ha incrementado desde que comenzó a operar la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por Israel y Estados Unidos, en sustitución de las operaciones de la ONU.
El titular de Naciones Unidas urgió a un alto el fuego permanente, el acceso humanitario sin restricciones y la liberación inmediata de los rehenes. “Estamos listos para aumentar radicalmente nuestra ayuda si se nos permite”, afirmó.
La tragedia humanitaria se desarrolla en un contexto de bloqueo, bombardeos y colapso total de servicios básicos. La ONU ha advertido que, sin medidas urgentes, miles más podrían morir de hambre.