
Un proyectil israelí impactó el recinto de la única iglesia católica en Gaza, matando a dos personas e hiriendo a varias más, incluyendo al párroco Gabriele Romanelli, cercano al difunto Papa Francisco.
El ataque destruyó parte del complejo de la Iglesia de la Sagrada Familia, donde se refugiaban decenas de civiles, entre ellos niños con discapacidad y musulmanes desplazados por la guerra.
La organización católica Caritas Jerusalén informó que las víctimas mortales fueron el conserje de 60 años y una mujer de 84 que recibía apoyo psicosocial en el lugar. El padre Romanelli sufrió heridas leves.
El Papa León XIV, profundamente afectado, envió un telegrama de condolencias a través del cardenal Pietro Parolin, en el que reiteró su llamado a un cese al fuego inmediato y expresó su “esperanza por un diálogo duradero”.
El ejército israelí confirmó que está al tanto del incidente y abrió una investigación. Aseguró que intenta “minimizar los daños a estructuras civiles y religiosas”, y culpó a Hamás de operar desde zonas civiles.
En un gesto inusual, el Ministerio de Exteriores de Israel emitió una disculpa pública: “Expresamos nuestro pesar por el daño a la iglesia y por cualquier víctima civil”, publicó en redes sociales.
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, condenó el ataque y responsabilizó directamente a Israel. “No hay justificación militar para este tipo de acciones”, dijo.