
En su primera misa celebrada en Castel Gandolfo, el Papa León XIV exhortó a los fieles a reconocer como prójimo a cualquier persona, sin importar su nacionalidad o religión. En su homilía, centrada en la parábola del buen samaritano, aseguró que esta enseñanza de Jesús “provoca contra una fe acomodada” y desafía las conciencias actuales.
“Nos contentamos con cumplir nuestro deber y ver como prójimo solo al que piensa como nosotros o es de nuestra misma religión”, advirtió el pontífice. “Pero Jesús nos presenta a un samaritano, un extranjero y herético, que se hace prójimo del herido. Nos pide hacer lo mismo”.
Durante la misa en la parroquia San Tomás de Villanueva, León XIV recordó que esta parábola es un reflejo de la compasión divina. “Creer en Cristo significa dejarnos transformar: tener una mirada que no pase de largo, un corazón que se conmueva y manos que alivien las heridas del otro”.
El Papa permanecerá en Castel Gandolfo hasta el 20 de julio. En esa fecha celebrará misa en la Catedral de Albano, la misma iglesia asignada como sede titular al entonces cardenal Prevost.