
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, afirmó que los recientes bombardeos sobre instalaciones nucleares en Irán destruyeron por completo sus capacidades atómicas. Además, descartó que haya evidencia de que el uranio enriquecido almacenado en esos sitios haya sido trasladado antes del ataque.
“No tengo constancia de ningún informe de inteligencia que diga que las cosas no estaban donde debían estar o que fueron movidas”, dijo Hegseth en conferencia de prensa.
El operativo, ejecutado el fin de semana, tuvo como objetivo tres instalaciones: Fordow, Natanz e Isfahán. Según el presidente Donald Trump, tras el ataque Irán habría perdido el acceso a su uranio enriquecido al 60 %.
Hegseth calificó la ofensiva, conocida como Midnight Hammer, como “la operación militar más compleja y secreta de la historia de Estados Unidos”.
También criticó a los medios por difundir un informe preliminar que estima que el programa nuclear iraní solo se verá demorado por seis meses. Trump ha asegurado que el daño fue mucho mayor y llevará años reconstruirlo.
“La prensa está tan empeñada en que Trump no tenga éxito, que incluso duda de la eficacia de estos ataques”, acusó el jefe del Pentágono.
Sobre las declaraciones del líder supremo iraní, Ali Khamenei —quien afirmó que los ataques “no lograron nada significativo”—, Hegseth respondió que Irán busca proyectar fuerza frente a su población y la comunidad internacional.
Desde la cumbre de la OTAN en La Haya, Trump reiteró que “lo último que Irán quiere hacer ahora es enriquecer algo” y advirtió que su gobierno no permitirá que Teherán reinicie su programa nuclear.