
En su entrada a la audiencia judicial, Ruth López, abogada y defensora de los derechos humanos, gritó: “No me van a callar, Dios y la verdad están conmigo”. Organizaciones humanitarias señalan que su caso representa una persecución por parte del gobierno de Nayib Bukele.
López es reconocida por sus indagatorias sobre presuntos casos de corrupción dentro del gobierno, además de asistir a víctimas de la política de seguridad implementada por Bukele, así como a familias de venezolanos deportados por Washington que están presos en El Salvador.
“No me van a callar, un juicio público quiero, que me concedan un juicio público. La gente merece saber… el que nada debe, nada teme. Dios y la verdad están conmigo”, afirmó.
La detención de la activista se realizó el pasado 18 de mayo, cuando la Fiscalía la acusó de “desviación de fondos”, cargo que posteriormente fue cambiado a “enriquecimiento ilícito”.
Las autoridades del país centroamericano decidieron que el juicio se lleve a cabo con “reserva total”, lo que significa que no se permitirá el acceso del público ni de la prensa. Esta medida fue calificada como “miedosa” por parte de los abogados defensores.
Tras conocerse el caso, instancias internacionales que abogan por la defensa de los derechos humanos se han sumado a las denuncias por captura arbitraria y persecución judicial.