
El gobierno de Estados Unidos anunció una recompensa de hasta cinco millones de dólares por información que permita capturar o condenar a dos de los principales líderes de la pandilla MS-13, también conocida como Mara Salvatrucha, calificada oficialmente como organización terrorista transnacional.
A través del Programa de Recompensas contra el Crimen Organizado Transnacional (TOCRP), el Departamento de Estado informó que la recompensa se ofrece por Yulan Adonay Archaga Carías, alias Porky, y por Alexander Mendoza, identificados como cabecillas de la MS-13 en Honduras.
Archaga Carías es señalado por las autoridades estadounidenses como el principal responsable de coordinar actividades criminales de la pandilla, incluyendo narcotráfico, lavado de dinero, asesinatos y secuestros. Su nombre figura en la lista de los fugitivos más buscados tanto por la DEA como por las Investigaciones de Seguridad Nacional.
La MS-13: de Los Ángeles al Triángulo Norte
Fundada en la década de 1980 en Los Ángeles por migrantes salvadoreños, la MS-13 ha expandido su influencia a lo largo de América Central, especialmente en El Salvador, Honduras y Guatemala. Desde 2012, la organización ha sido sancionada por el Departamento del Tesoro de EE.UU., y recientemente fue incluida en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO) y Terroristas Globales Especialmente Designados (SDGT).
Esta designación, anunciada el 20 de febrero de 2024, también incluyó a seis cárteles mexicanos y a la banda venezolana Tren de Aragua, como parte de una ofensiva más amplia contra el crimen organizado internacional.
Cooperación regional y medidas reforzadas
El Departamento de Estado reafirmó su compromiso con los gobiernos de Centroamérica para combatir la expansión de estructuras criminales. Según el comunicado oficial, los esfuerzos conjuntos han llevado a la captura de miembros clave de la MS-13, aunque los líderes principales aún permanecen prófugos.
Gracias a la nueva designación terrorista, EE.UU. ha fortalecido sus herramientas legales para perseguir a la organización. Entre las medidas implementadas destacan el congelamiento de activos, restricciones financieras, y una mayor colaboración entre agencias de inteligencia a nivel internacional.
Prevención y fortalecimiento institucional
Además de las acciones punitivas, Estados Unidos ha impulsado programas de prevención del crimen organizado, orientados a reforzar la justicia y la seguridad en Centroamérica, regiones que han sido históricamente afectadas por la violencia pandillera.
Las autoridades estadounidenses aseguran que estas medidas forman parte de una estrategia integral que no solo busca capturar criminales, sino también debilitar las redes financieras y logísticas que sustentan a grupos como la MS-13.