
En un giro inesperado de la política internacional, Estados Unidos y Rusia han pasado de ser acérrimos enemigos a aliados en el escenario global. No solo han comenzado a votar en contra de resoluciones de condena a la guerra en Ucrania, sino que también han fortalecido sus lazos económicos y comerciales.
Minerales estratégicos: El nuevo vínculo entre Washington y Moscú
Donald Trump, cuyo liderazgo en la Casa Blanca ha estado marcado por una visión empresarial, ha buscado estrechar lazos con el presidente ruso, Vladimir Putin, con el objetivo de poner fin al conflicto en Ucrania. Sin embargo, las negociaciones no se han limitado a la paz; también incluyen la explotación de minerales estratégicos en Rusia y en territorios ucranianos ocupados por el ejército ruso.
“Los estadounidenses necesitan tierras raras. Nosotros tenemos muchas”, declaró Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, durante una sesión informativa con la AFP. “Aquí se abre un potencial bastante amplio”, agregó.
Putin, por su parte, se mostró abierto a la llegada de inversiones estadounidenses para explotar estos recursos naturales. “Estamos listos para atraer socios extranjeros a nuestros nuevos territorios históricos que han sido devueltos a Rusia”, afirmó en una entrevista televisiva.
Desafíos en la relación entre Washington y Moscú
A pesar de este acercamiento, Peskov advirtió que Moscú necesita tiempo para reconstruir sus relaciones con Washington y restablecer la confianza. La posición de Estados Unidos ha generado tensiones con sus aliados europeos y con Ucrania, cuyo presidente, Volodimir Zelensky, reclama un lugar en la mesa de negociaciones.
El lunes, al cumplirse tres años del conflicto, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución que exige el retiro inmediato de las fuerzas rusas de Ucrania. Sorprendentemente, Estados Unidos votó en contra. En paralelo, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó otra resolución, presentada por Washington, que pide un “fin rápido al conflicto”, omitiendo términos como “invasión” o “guerra”.
El impacto en la geopolítica global
El inesperado acercamiento entre Estados Unidos y Rusia ha sido interpretado por algunos expertos como un intento de Trump para frenar el ascenso de China en el escenario mundial. Según el Council on Foreign Relations, este cambio podría debilitar a China, dado su estrecho vínculo con Moscú y su estrategia para sortear los aranceles estadounidenses.
“Se puede debatir si este cambio radical, además de la sensatez de desdeñar a los aliados de larga data de Estados Unidos y de arrojar un alto grado de incertidumbre en la política mundial, iría en contra de China”, señala el informe del organismo.
El panorama global está cambiando rápidamente. Mientras Washington y Moscú exploran nuevas oportunidades comerciales, el futuro de las relaciones internacionales sigue siendo incierto. La próxima fase de esta alianza determinará el equilibrio de poder en el siglo XXI.