En una entrevista con el canal multiestatal Telesur, el presidente venezolano Nicolás Maduro afirmó que ordenó proteger a María Corina Machado, exdiputada y figura clave de la oposición, durante una reciente marcha convocada tras permanecer 133 días bajo resguardo. La manifestación tuvo como objetivo reclamar la victoria opositora en las elecciones del pasado 28 de julio, donde, según Machado, el antichavista Edmundo González Urrutia resultó ganador.
“La Policía Nacional cumplió las órdenes de protección de la marcha, cumplió las órdenes de protección de esta persona y la llevó totalmente escoltada y protegida hasta su casa”, aseguró Maduro durante la entrevista. En diversas ocasiones, el mandatario había declarado que Machado había huido del país.
Maduro también acusó a la oposición de intentar “manchar” con un “autosecuestro, una autodesaparición” la toma de posesión presidencial del pasado 10 de enero. En esa fecha, el Parlamento controlado por el chavismo ratificó a Maduro como presidente tras una reelección que generó controversias, dado que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no publicó los resultados detallados, contraviniendo su propio cronograma.
Contexto político y críticas a las elecciones
La marcha liderada por Machado subraya las tensiones persistentes entre el chavismo y la oposición, especialmente después de unas elecciones ampliamente cuestionadas por organismos internacionales y actores internos. Machado sostiene que el proceso electoral estuvo plagado de irregularidades, favoreciendo la reelección de Maduro.
Por su parte, Maduro ha enfatizado la necesidad de estabilidad política y de contrarrestar lo que considera intentos de desestabilización por parte de la oposición.
Reacciones internacionales
La comunidad internacional sigue de cerca los eventos en Venezuela. Mientras algunos gobiernos han reconocido la reelección de Maduro, otros cuestionan su legitimidad y piden elecciones libres y transparentes. La figura de Machado, como líder opositora, gana relevancia en este contexto de polarización.
La tensión política en Venezuela no parece disminuir, con ambas partes reafirmando sus posturas en un escenario político marcado por la incertidumbre y las disputas por la legitimidad del poder.